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En las redes sociales recibo constantemente mensajes de principiantes que dicen que encontrar la inspiración es más difícil que encontrar una flor de helecho. Y no es de extrañar.
Es importante partir de lo que te rodea durante un periodo de tiempo concreto. Hay que admitir con franqueza que en los últimos dos años cada vez hay menos motivos para inspirarse, y el proceso creativo puede convertirse en intentos fallidos de regalar al mundo una obra de arte increíble. Y para que esto no suceda, es necesario cambiar la táctica en el enfoque del proceso de trabajo.

PRIMERO. Es necesario tener un cuaderno/libro de bocetos y un bolígrafo/lápiz. Llévelos consigo en todo momento. La era de las bolsas de compras y los bolsos/maletines grandes permite encontrar espacio para un pequeño cuaderno y un bolígrafo. Dedique entre 5 y 10 minutos a hacer bocetos cuando tenga tiempo libre. No deben aparecer solo cuando le visite su majestad la inspiración. Ponga a su cerebro a trabajar con la «incertidumbre» de una hoja de papel en blanco. Déle la oportunidad de controlar esta situación, proporcionándole así una sensación de «seguridad», un entorno en el que pueda relajarse y, en una situación concreta, incluso tranquilizarse.
Dado que no puede controlar lo que sucede a su alrededor ni siempre logra controlar sus emociones, una buena opción sería permitirle controlar el proceso creativo.
Las realidades actuales requieren un enfoque diferente del proceso creativo. El estrés puede causar molestias concretas en la vida cotidiana y desviar la atención hacia cosas que pueden provocarnos emociones negativas. Cada uno de nosotros puede acumular fuerzas de diferentes maneras: ya sea volcando esas emociones en el papel o abstraciéndonos ante una hoja en blanco y dando al cerebro la oportunidad de controlar la situación.

SEGUNDO. No todos tus bocetos tienen que ser perfectos, y mucho menos «geniales». Un boceto es más una cuestión de práctica y perfeccionamiento de habilidades. Cuanto más tiempo dediques a la práctica, más rápido crecerá tu nivel de profesionalidad. Esto te permitirá comprender hacia dónde se inclina tu creatividad, tu mano se «estabilizará» más rápido y desarrollarás tu propio estilo.
El artista no debe llevar cada boceto a la perfección, ya que esto puede llevar mucho tiempo y acelerar el agotamiento creativo. No tengas miedo de dedicar tiempo no solo a la calidad, sino también a la cantidad. También se trata de ampliar tus horizontes y desarrollar tu capacidad de observación, en caso de que trabajes con la naturaleza.
No hay que esperar a encontrar la inspiración, sino empezar a dibujar, como invitándola a unirse. Es como el apetito, que puede aparecer mientras se come. Empieza. Empieza a dibujar sin esperar a que se presente una buena oportunidad. Si dibujas cada día al menos 20 minutos, tus habilidades serán mucho mejores que las de alguien que dedica una hora a la semana al proceso creativo, esperando a que llegue la inspiración.