Como en Instagram

¿Por qué las fotos y los vídeos con bocetos sencillos «suben» tan rápido a lo más alto, mientras que las obras de calidad pueden pasar desapercibidas para la sociedad?

Las redes sociales no siempre requieren un alto nivel de profesionalismo por parte del artista, pero sí exigen imágenes de calidad que se puedan vender al espectador. ¿El ángulo, la iluminación, los filtros, la calidad de la cámara?
Sí, todo eso importa. Al fin y al cabo, la percepción visual de un dibujo o un lienzo en vivo será diferente a la de una fotografía en la que se representa la obra creativa. Hay que saber fotografiar el lápiz sobre el papel, que puede reflejar la luz, y el lienzo barnizado, que tiene unas características específicas de reproducción digital: la transmisión del color, la influencia de una fuente de iluminación correcta y el reflejo de sus rayos. Por lo tanto, la conversión de una obra terminada en una copia digital tiene una gran cantidad de matices que hay que comprender y aprender a manejar.

El siguiente aspecto importante es el ángulo y la alineación. Es preferible fotografiar el dibujo directamente desde arriba o a la altura de los ojos para evitar distorsiones. Si la foto se toma en ángulo, incluso el mejor trabajo puede parecer descuidado.

La calidad de la imagen es igualmente importante. Una foto borrosa u oscurecida no permite al espectador apreciar los detalles en los que el artista ha trabajado durante horas. Por lo tanto, es recomendable utilizar una cámara con buena resolución o, al menos, limpiar la lente antes de disparar.

También es importante cuidar el fondo. Un fondo neutro o limpio (por ejemplo, una mesa, un lienzo o una tela lisa) no distraerá la atención del dibujo en sí. Y aún mejor si el fondo complementa el estilo de la obra, creando ambiente.

Y, por último, el retoque. Una ligera corrección del brillo, el contraste y la nitidez no distorsiona la esencia del dibujo, sino que ayuda a transmitirlo a los espectadores con la mayor precisión posible.